

Por todos esos motivos, creo que me distanciaré de nuevo a lo que acostumbra a imperar en este blog, y dedicaré esta entrada a una película semidocumental totalmente necesaria.
(aviso de SPOILERS)
La película está situada en la India en 1938. Una de las dos protagonistas es una niña de tan sólo 8 años, Chuyia, que queda viuda y es enviada al ashram, el lugar donde se acogen a todas las viudas de la India y donde han de pasar el resto de su vida . Su llegada provocará una auténtica revolución, tanto por su condición de niña como para la que será su nueva compañera -y protagonista de la película-, otra viuda llamada Kalyan. Debemos recordar que una vez viudas, las mujeres no pueden tener ninguna relación carnal ni amorosa a no ser que sea por prostitución o porque se casan con el hermano pequeño de su marido muerto, algo que Kalyan quebranta al enamorarse de un joven idealista que es seguidor de Ghandi. Por tanto, esta relación de Kalyan la podríamos considerar como de "pecado", y el papel de la niña sería como de intermediaria entre la pareja.
Lo que señala como viudas a las mujeres es el hecho de que todas van con las cabezas rapadas, y llevan una túnica blanca como muestra de duelo social. La directora Mehta inicialmente nos ha querido impresionar con esta tradición tan chocante, tanto por el hecho de que la joven protagonista tiene apenas 8 años y que, también, en un diálogo de la película, su padre le pregunta a Chuyia si recuerda que se casó hace unos días con un hombre, y ella le responde que no se acuerda (sic). Vaya, que se casó sin enterarse.
La realidad es dura en el ashram, y más cuando todavía le rapan el pelo a la joven, y que le dicen que no verá nunca más a sus padres, y que tendrá que vivir para siempre allí. Una presión en la cabeza de la niña insoportable para cualquier niño de su edad. Por tanto, la directora nos ha querido mostrar las injusticias que sufre la gente con estas tradiciones, ya que no hay derecho a opinar, nadie es dueño de su cuerpo ni tiene derecho a decidir.
La acción se sitúa en 1938, el año en que el mensaje de Gandhi de libertad de conciencia y de liberación política. La historia de amor se desarrolla entre Narayan, un joven rico seguidor de Gandhi y una de las recluidas, como ya he citado, Kalyan, la cual es a la vez la que mantiene la comunidad con trabajo sexual fuera del recinto. Este es el motivo por el cual no tiene el pelo rapado, por lo tanto una vida diferente a las demás mujeres, pudiendo mantener así una preciosa cabellera. El lazo de amor y sentimientos entre Kalyan y Narayan acabará en desenlace fatal e insospechado, pues Kalyan descubre que el padre del joven de quien está enamorada, es un hombre con el que ella había sido forzada, un cliente, y ante semejante situación decide suicidarse, igual como lo hizo la escritora y poética argentina Alfonsina Estornés, hundiéndose en las profundas aguas. El joven Narayan sorprendido y triste por este desenlace decide marcharse siguiendo la ruta de Gandhi, el gran pensador y político hindú, y en el momento que la gente se sube al tren, Didi, una mujer también viuda, le entrega a Chuyia para que se la lleve y la salve del terrible destino que le supondría a esta niña de apenas 8 años condenada por las ideas religiosas y políticas de un pueblo sumido en la pobreza y la ignorancia, así como de la concepción tan retrógrada que se tiene del género femenino.
Por tanto la película la podríamos considerar como "revolucionaria", ya que esta forma de revelación familia sería totalmente aplaudible por el trasfondo de la historia, que es Gandhi, aquel que quiere cambiar las cosas.
CHUYIA-KALAYAN-NARAYAN

En cuanto a Kalyan y Narayan es un amor totalmente imposible. No sólo por la situación de Kalyan, que es viuda y obligada a prostituirse, sino porque Narayan forma parte de una familia rica, por tanto con peso social, y la reputación de la familia puede quedar manchada. De esta manera difícilmente puede florecer una relación. Además de esto, su condición de prostituta no la hace viuda normal, la desprestigia más, pero también puede disimular su viudedad, ya que tiene pelo, aunque más adelante termina cortado. A pesar de estos "handicaps" los límites del amor son insuperables, y aunque Kalyan le da miedo salir adelante finalmente terminan por hacerlo. También cabe señalar que Narayan es alguien más progresista, que discrepa del sistema social, un "revolucionario" de la época que sueña con progresar, y que al ver imposible que progrese (con el suicidio de Kalyan) decide emprender el viaje para seguir a Ghandi.
LAS VIUDAS DEL ASHRAM

La gente puede cambiar de pensamiento, pero falta voluntad para escuchar y ganas de cambiar. Y ese grupo de viudas que viven en el ashramtienen miedo de pecar, ya que no vulneran tradiciones de su cultura, tienen miedo a perder las pocas cosas que les quedan. Lógicamente no quieren ni a oír hablar de posibles cambios de nada, y como consecuencia, todas las viudas acabaron rechazando y odiando a Kalyan.
EN COMPARACIÓN CON OCCIDENTE
Sin ser etnocentrista, es fácil ver que las condiciones de vida en nuestra sociedad en comparación a la Hindú son mucho mejores. Pero mejor para mí, porque la comparo, certifico que aquí se vive mejor, pero sin comparar es imposible decir dónde se vive mejor. Los indios tienen estas costumbres alcanzadas, forman parte de su vida y creen que lo que hacen es lo que hay que hacer, el camino recto a seguir, aunque esto no quiere decir que sean felices pero si que son conscientes de que hacen lo correcto. El problema es la falta de información, una información que parece ser que no llega a la sociedad. Los cambios son progresivos, poco a poco se puede ir evolucionando a mejor, ya que es necesario concienciar a la gente, y concienciar a toda una sociedad no es tarea fácil, y más cuando es tan numerosa. Pero solo hay que ver en el mundo musulmán, por ejemplo, como están evolucionando, -insisto- por ejemplo, con la mujer, en que si nos fijamos en los actuales Juegos Olímpicos de Londres absolutamente todos los países YA incluyen mujeres, algo que países como Qatar o Arabia Saudí siempre habían rechazado. Por tanto, la modernidad debe dirigirnos a mejor, a prender de los errores cometidos y mejorar actualizando creencias raízadas en las distintas sociedades a lo largo de siglos si no milenios.
Volviendo a la India, las diferencias que tienen con nosotros están sobre todo a nivel de derecho de palabra, de opinión. Las bodas, por ejemplo, son los padres los que deciden con quien deben casarse sus hijos, algo también habitual en el mundo musulmán. Consideran que ellos són los más adecuados para escoger la pareja ideal y que, una ya vez casados, debería florecer el amor sin problemas. También existe la costumbre de la dote, una donación -por no decir una gran fortuna- que da la familia de la mujer a la familia del hombre, algo ruinoso, y es por ello que normalmente las familias buscan a otras familias que tengan un nivel económico similar, para así no arruinarse.
Negocio, machismo, dictadura familiar,... así lo vemos nosotros, ya que tenemos más libertades en este sentido, pero para ellos ahora mismo eso es lo más normal del mundo, y se sienten a gusto con ello. Pero como decía antes, las cosas a su tiempo, la información en la India también llegará masivamente si es que no está llegando ya, ya que las juventudes del país intentan progresar especialmente en el tema de la dote, como poniendo anuncios en Internet para crear matrimonios (sic) y así poder evitar pagar ese precio tan caro que puede arruinar familias enteras para enriquecer a otras.
Paciencia, la experiencia debería ayudar a mejorar las cosas, y lo mejor de todo es que poco a poco van apareciendo Deepa Mehta(s) dispuestas a despertar consciencias, lo equivalente a lo que Narayan hizo con el pensamiento de Gandhi.
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