-DIRECTOR: Steven C. Miller
-GUIÓN: Jayson Rothwell (a partir del guión escrito originalmente en 1984 por Michael Hickey)
-AÑO: 2012
-PAÍS: USA
-PRODUCTORA: Coproducción Canadá-EEUU; The Genre Co. / Buffalo Gal Pictures / The Ember Productions
-MÚSICA: Kevin Riepl
-REPARTO: Malcolm McDowell, Jaime King, Donal Logue, Ellen Wong, Brendan Fehr, Courtney-Jane White
Cuando el tsunami de
remakes a clásicos arrasó con lo que encontraba, un segundo tsunami
acabó de arrasar con los clásicos menores, concretamente con los de
serie B. Uno de ellos fue el de Noche de paz, noche de muerte,
quizás el mejor slasher de los 80 dirigido por Charles E.
Sellier, y que posteriormente tras su éxito desarrollaría hasta 4
secuelas más claramente de decreciente calidad. Hasta 20 años han
pasado desde Juegos diabólicos, la quinta parte de la saga,
hasta que un joven director habitual en productos casposos llamado
Steven C. Miller se decidiera a actualizar aquel clásico a las modas
de nuestros tiempos.
Y fue a principios de
diciembre del 2012 cuando salió a la venta directamente al mercado
del DVD y sin apenas campaña de marqueting, Silent Night,
todo un acto de timidez por parte de los productores más allá de
olvidar la coletilla del título “deadly night”, y que ya dejaba
intuir al espectador que el resultado no podía ser demasiado
satisfactorio. Y eso que la cara conocida del filme es ni más ni
menos que el gran Malcolm McDowell, uno de los rostros más
habituales en producciones de terror, ciencia ficción, thrillers y
demás, aunque eternamente recordado por interpretar a Alex DeLarge
en La naranja mecánica. Pues bien, ni su aparición ha sido
suficiente para rescatar la película de la indiferencia de las
distribuidoras ante semejante producto de serie B de lo más
decepcionante.


Y con todo este panorama
absurdo más propio del cine de Herschell Gordon Lewis, se sientan
unas bases que Miller acaba por aliñar con todos los ingredientes
del slasher mas cutre,
como son los tópicos, tetas, gore, diálogos de risa como el del
aguacate y la hamburguesa, algún guiño a la original, incoherencias
y situaciones imposibles que a los fans al género no decepcionará.
De todos modos, pese al tufo a mediocridad de la película, haría
falta plantearse si el presente título necesita adueñarse de la
etiqueta “remake” cuando poco o nada tiene que ver con la
original. Pero ya se sabe, la ley del mínimo esfuerzo mezclado con
las posibilidades de mayor beneficio siempre es símbolo de
tentación. Intentaré olvidar el título y seguiré pensando que
pese a ser un bodrio de película incluso me lo pasé bien.
LO MEJOR: La hipocresía del espíritu navideño.
LO PEOR: Su condición de remake cuando no tiene nada que ver con la original, pero es que ni si quiera Silent Night tiene argumento alguno.
LO MEJOR: La hipocresía del espíritu navideño.
LO PEOR: Su condición de remake cuando no tiene nada que ver con la original, pero es que ni si quiera Silent Night tiene argumento alguno.
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