
-TÍTULO ORIGINAL: Puppet Master X: Axis Rising
-AÑO: 2012
-DURACIÓN: 86 min.
-PAÍS: Estados Unidos
-DIRECTOR: Charles Band
-GUIÓN: Charles Band, Shane Bitterling
-MÚSICA: Richard Band, Robert Douglas
-FOTOGRAFÍA: Terrance Ryker
-REPARTO: Paul Thomas Arnold, Oto Brezina, Kip Canyon, Jean Louise O'Sullivan, Kurt Sinclair, Scott King, Terumi Shimazu, Brad Potts, Stephanie Sanditz
-PRODUCTORA: Full Moon Features
Llegados
ya a 2016 tener que hablar de nuevas películas de la Full Moon lo
cierto es que se hace raro. Charles Band lleva más de 50 años en
ésto del cine, tanto de forma independiente como con sus productoras
Empire Pictures y sobretodo Full Moon, elaborando películas de muy
bajo presupuesto dispuestas a satisfacer al público más festivalero
del género de terror. Puppet Master es sin duda su sello más
fructífero, y que hoy esté hablando de su undécima entrega de la
saga (y dentro de un tiempo deberé hacerlo de la duodécima), es
señal que a Band le queda cuerda para rato y que los fans no se
desenganchan de su cine (que es lo más importante).
Puppet
Master: Axis Rising no es una película nueva. Su producción se
sitúa en 2012 y se hizo gracias a las aportaciones de los fans, la
venta de merchandasing, eventos, etc., que más que por los
beneficios obtenidos de las películas sin duda Band se financia de
allí. La película argumentalmente sigue allá donde lo dejó su
predecesora Puppet Master: Axis of Evil, en que Danny Coogan y
su novia (actores nuevos respecto a la anterior), una vez finalizada
su anterior aventura, ahora deberán ir a buscar a Tunneler, que está
capturado por los nazis. Entre esos nazis está un viejo ocultista
capaz de crear marionetas y de darles vida para defender al régimen.
La
película mola. Pero solo molará a los fans, muy fans, de Band, las
marionetas y la Full Moon, a nadie más. Es cine para fans, y Band es
consciente de ello en todo momento por lo que consigue su objetivo de
satisfacer a su público al trabajar un argumento basado en explotar
a las distintas marioneta a través de situaciones de acción, con
múltiples muertes algo sangrientas, presentar marionetas nuevas, y
frikadas varias. Por otro lado, se hace agradable como Band impregna
al guión guiños de la cinematografía naziexploitation, como
el clásico Revenge of the zombies (1943) e incluso Ilsa, la loba de las SS (1974), debido a la presencia en el argumento de una máquina
desarrollada por el Dr. Freuhoffer (Oto Brezina) con la intención de
revivir a los solados nazis muertos, además de la presencia
constante de una soldado de las SS llamada Uschi (Stephanie Sanditz)
que viste igual que Ilsa y además explota su cuerpo sexualmente como
ella.
La
historia, escrita por el propio Charles Band junto a Shane
Bitterling, no es para tirar cohetes pero como comentaba antes
permite mostrar lo que el espectador quiere ver. Obviamente lo
principal son las marionetas, y de eso la película va bien servida:
Blade, Pinhead, Leech Woman, Jester, Tunneler e incluso Six Shooter
tienen presencia. Siempre todas ellas animadas evitando los FX
digitales y mostrando sin complejos su torpeza de movimientos y
actitud cautelosa. Cabe decir que tanto Axis of evil como la
presente película, sirven para revivir la saga tras lo que parecía
su defunción con la desastrosa Puppet Master: The Legacy, que
fue patética en muchos sentidos. Esta vez, y con la presente
película, pienso que la dignidad queda más que confirmada, si bien
no por su puesta en escena debido a su escaso presupuesto, sí con
esa magia inicial de la saga que tan bien atrapó al público, con
las marionetas en un segundo plano y la utilización constante de la
mística música de Richard Band.
La
escasez de medios sigue tan evidente como la anterior, manteniendo
esos 3 platós adornados con 4 detalles simbólicos de la Alemania
Nazi junto con unos muebles más propios del Ikea, y que no cuelan ni
de broma. Tampoco esas puerta y ventanas acartonadas, por no hablar
de unos nuevos actores tan pésimos como los de Axis of Evil,
que además tienen unos diálogos... durísimos. De todos modos
pienso que siempre hay que ser benevolentes con el cine casposo, y
más con esta saga desde el día que se vio involucrada en un
crossover con los Demonic Toys, queriendo rizar el rizo
a su historia y a la vez satisfaciendo a los fans con propuestas más
y más curiosas, al mismo tiempo que Charles Band recaudaba dinero como
podía. Recomiendo no tomarse en serio Puppet Master: Axis Rising,
porqué sí, es una película muy floja mire donde se mire, como todo
el cine cutre, pero el escenario debe servir solo como campo de
batalla para las marionetas, y que junto a un puñado de
pseudo-actores limitados a ser carnaza, eso ya debería ser
suficiente para contentar al espectador. Además, los guiños a
otras películas, las pinceladas de humor tan necesarias para
aguantar el conjunto, 3 marionetas nuevas, y aprovechar al máximo la
genial música de Richard Band (además de hacerlo en unos excelentes
créditos iniciales y finales), pues oye, la película es
completamente disfrutable. Y ojo, porqué estos elementos que
comento, claro cariño que emplea Band a Axis Rising, se
echan en falta en muchas entregas anteriores de la saga.
En
definitiva, Puppet Master: Axis Rising es una guerra del bien contra el mal (espero que los más
puristas de la saga no se enfaden conmigo ahora, ejem...), entre unas marionetas
nazis y las marionetas de Toulon. Por el camino, hay soldados Nazis,
una especie de Ilsa que acabará convertida en la marioneta más sexy
de la saga, y varias muertes. Es puro cine friki solo apto para
friki-fans de Puppet Master, en la que es una de las películas más interesantes de la
saga. Y ahora, a esperar Puppet
Master: Axis Termination.
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